Cuando una relación termina, uno de los momentos más delicados es el reparto de los bienes. No sólo por su complejidad legal, sino porque a menudo existe un fuerte componente emocional: una casa que ha sido el hogar familiar, un coche compartido, ahorros, deudas, inversiones,...
Los bienes que pueden ser objeto de reparto son aquellos adquiridos durante la convivencia, ya sea dentro del matrimonio o dentro de una pareja de hecho.
También puede ser necesario regular el uso provisional de algún bien mientras no se haya realizado el reparto definitivo.
La vivienda familiar, vehículos, cuentas bancarias y ahorros, mobiliario y electrodomésticos, inversiones y productos financieros, deudas y préstamos contraídos conjuntamente
Régimen económico de separación de bienes
Cada cónyuge es propietario de lo que está a su nombre. Si hay bienes comunes, es necesario acreditar las
aportaciones y pactar el reparto.
Régimen económico de sociedad de gananciales (más habitual fuera de Cataluña) Todos los bienes adquiridos durante el matrimonio se consideran comunes, independientemente de quién los haya pagado.
En Cataluña, por defecto, rige el régimen económico de separación de bienes, pero es necesario estudiar cada caso concreto, especialmente si se han realizado compras conjuntas o se han hecho aportaciones cruzadas.
Ideal cuando existe comunicación y voluntad de colaboración. Nosotros le ayudamos a redactar un documento claro, jurídicamente sólido y homologable judicialmente, si es necesario.
Cuando no hay acuerdo, es necesario acudir al juzgado para que determine el reparto. Este procedimiento puede ser complejo y requiere un buen asesoramiento técnico y jurídico, especialmente en casos con bienes de valor elevado o desacuerdos profundos.
Estudio jurídico y económico de la situación patrimonial
Propuesta de reparto justa y viable
Redacción de acuerdos extrajudiciales
Intervención en procedimientos judiciales si no hay acuerdo
Defensa de sus intereses con empatía y profesionalidad
